XX Hitos de la #CulturadelaVelaCV

Cuentan que existen tres tipos de seres humanos: los vivos, los muertos y los que están en la mar. Y de estos últimos nunca han faltado en las costas de la Comunidad Valenciana. La mar ha unido siempre nuestra comunidad al mundo y prueba de ello son los numerosos episodios navales que han ido aconteciendo a lo largo de la historia. Conocerlos es lo que nos permite comprender nuestras raíces y la sociedad de ayer, de hoy y de siempre.   

Por eso, la FVCV, estandarte de la navegación a vela en nuestra región, ha querido por un lado, rendir homenaje y poner en valor esa historia marítima que nos ha formado y ha hecho que hoy seamos lo que somos, y por otro, difundir y transmitir esta cultura de la vela y de nuestro deporte a todo el mundo. Para ello, ha creado una herramienta didáctica con el objetivo de que todas las escuelas de vela homologadas de la FVCV puedan promover y enseñar ‘El arte y las aventuras de la navegación a vela’.   

Todo este histórico trabajo, se ha realizado junto con el Teniente de Navío (Reservista Voluntario) del Cuerpo General de la Armada, Juan José Esteban Garrido quien, en colaboración con el Ejército de Tierra, ha elaborado un dossier muy completo sobre los hitos históricos de la cultura de la vela en la Comunidad Valenciana y que mes a mes iremos descubriendo en #20hitos de la #CulturadelaVelaCV. Todo ello ha sido posible gracias a la inestimable mediación de la Comandancia Naval de Valencia y Castellón.

Hito 2 | 442 Ataque a la flota de Mayoriano en Santa Pola 

Decía Gaspar Escolano en 1610: “Se ve el vestigio de un camino Real que desde Cartagena viene a dar derechamente al sitio de dicho Cabo del Aljibe. Descúbrese hoy día, en aquel puerto a tiro de arcabuz del Castillo de Santa Pola, un gran aljibe donde estaba sita la ciudad, y cerca de esta, muchos rastros del muelle del puerto de seco”. 

Hasta 1812, Sinus Llicitanus formó parte del municipio de Elche, cuando solicitó su independencia municipal que se consiguió definitivamente en 1835. A su alrededor se desarrolló una ciudad portuaria. En el complejo ciudad-puerto de Sinus Llicitanus, el puerto quedaba comunicado con la ciudad mediante un curso fluvial. El Portus Llicitanus era el centro de dos importantes rutas marítimas: una partía de la Bética y llegaba al Portus para dirigirse a Ostia, puerto de Roma a través del Estrecho de San Bonifacio. La segunda ruta costeaba el litoral levantino.  

El Mare Nostrum constituyó el centro neurálgico del Imperio Romano y lo mantuvo vertebrado por una compleja red de comunicaciones que mantenía en relación esta área con Roma.  Los vándalos penetraron en Hispania en el 409 junto con alanos y suevos, saqueando una civilizada Hispania romana en la que sembraron muerte y destrucción. Se dirigieron al sur de la Península Ibérica, dando el nombre que ha perdurado en la historia a la zona en la que se asentaron: Andalucía.  

Convertidos en buenos navegantes, pudieron cruzar al norte de África en el 429 conquistando poco a poco toda la Mauritana Caesariense, la Numidia africana y el África proconsular. El granero del imperio occidente era ahora vándalo. A partir de aquí, tras conquistar también Hiponia en su camino, nacería el reino pirata de los vándalos con capital en Cartago.  Sin embargo, la caída de Cartago era el principio del fin de Roma. La enorme flota de guerra apresada en Cartago convertida en flota pirata, sería el instrumento de Genserico para dominar el Mediterráneo occidental y que su reino sobreviviera. 

Teodosio II, emperador de Bizancio, organizó una expedición naval para acabar con Genserico, pero debido al ataque huno en Tracia, las tropas tuvieron que volver para atajar ese peligro. Dadas las circunstancias, Roma y Constantinopla consideraron que lo mejor era pactar con Genserico, llegándose al tratado del año 442 en que se reconocía el reino vándalo en el norte de África.  Así, la estabilidad duró hasta el 454 en el que fue asesinado por el emperador el general Aecio, vencedor de Atila en la batalla de los campos catalaúnicos en el 451. Tras su crimen, Valentiniano III fue asesinado en el 455 por los soldados fieles a Aecio.  La flota capturada en Cartago le permitió a Genserico llevar la guerra allá donde consideró necesario en el Mediterráneo Occidental hasta el 534 cuando un ejército bizantino al mando del general Belisario reconquistaría el norte de África para el mundo romano. 

Tras diferentes vicisitudes y derrocamientos, Mayoriano se convierte en emperador en el 457, siendo el último emperador de occidente que intentó restaurar la grandeza del Imperio Romano. Identificó al enemigo más importante y se preparó para el ataque al reino de Genserico, optando por construir una nueva flota en los territorios reconquistados de Hispania, siendo el Portus Llicitanus el punto de concentración de su flota.  Mayoriano preparó a su ejército y entró en España en el 460, dirigiéndose hacia el Portus Llicitanus, donde embarcaría con sus tropas para reconquistar las provincias romanas de África. 

Genserico conoció con antelación los detalles de los planes de ataque romanos y entonces, atacó primero. El 13 de Mayo la flota vándala visitó Santa Pola, capturó una parte y destruyó el resto de la flota concentrada en el Portus Llicitanus.  Mayoriano no disponía de recursos para aprestar otra flota y, sin poder embarcar su Ejército, la empresa contra el reino vándalo había fracasado y Mayoriano tuvo que firmar un tratado y reconocer a Gensérico como Rey.  

Finalmente, el prestigio de Mayoriano se resintió mucho, a lo que contribuyó Ricimero, jefe de la guardia pretoriana de Valentiniano III. Este, esgrimiendo la deshonra que suponía para Roma el descalabro, puso en marcha un motín en el que Mayoriano fue asesinado en el 461.