Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, marqués de Dénia y duque de Lerma, alcanzó la posición más alta en la corte de Felipe III. Y en tan alta posición, siempre buscó mejorar su casa en Dénia intentando hacer de esta ciudad levantina la segunda casa de la corte.

Fue el 10 de febrero 1599 cuando el monarca, partiendo de Madrid, llegó a Dénia en un claro gesto de distinción por su parte hacia el marqués. Mil quinientos soldados lo recibieron con salvas de honor y fue una semana de fiestas, fuegos artificiales, pesca, teatro, etc. 

La reina Margarita, flamante esposa de Felipe III, llegó a Vinaroz en galera porque, aunque estábamos en paz con Francia, era preferible no atravesar el país debido a la hostilidad de Enrique IV. Venía para celebrar su boda con Felipe III en Valencia, ciudad elegida gracias a las oportunas indicaciones del marqués y este la recibió con 36 caballeros vestidos de encarnado y blanco, colores de Margarita de Austria.

Desde entonces el rey nunca dejó de visitar Denia y Valencia tal y como lo hizo posteriormente el 25 de julio de 1599 y el 26 de enero de 1604. Fue en 1612 cuando a Dénia se le concede el título de ciudad y en 1615 el marqués decide armar una escuadra con 4 galeras que tuviera base en esta ciudad. El objetivo era frenar a los corsarios berberiscos y lo hizo siguiendo el ejemplo de uno de los mejores marinos de España: el duque de Osuna que estaba logrando notables éxitos combinando las galeras del rey con las de su propiedad.

Siguiendo este modelo, Lerma consiguió que la Generalitat aportara una importante cantidad y así el reino de Valencia por fin tuvo una escuadra de galeras. Finalmente, los hechos corroboraron tan acertada decisión ya que durante los años que estuvo al servicio casi acabó con el peligro pirático.

En 1619 al gobierno español se le empezaron a multiplicar los frentes bélicos con el inicio de la guerra de los 30 años y esto hizo que la escuadra de Dénia fuese integrada en las galeras de España y las costas valencianas volvieran a su estado de indefensión, dependiendo únicamente de la red de torres de vigías.